Por: Luris Giseth Arrocha Martínez
¿Quién iba a imaginar que el coraje de José Martínez lo convertiría en un héroe? José es un joven que lucha con valentía frente a la adversidad y se las ingenia para seguir adelante. Su lema preferido es: "Puedo hacerlo". Por eso, nunca se rinde; avanza con plena confianza y siempre encuentra fuerzas en la perseverancia. Permanece firme a pesar de las limitaciones físicas que tiene, causadas por la negligencia del personal médico que lo atendió durante sus primeros cuidados en el Hospital del Niño, donde fue hospitalizado pocos meses después de su nacimiento debido a problemas de salud.
Mientras estaba hospitalizado, a José le quedaron las piernas en una posición arqueada. Lloraba mucho, por lo que le ataron las piernas a las barandas de la cama para que no se moviera tanto y no se lastimara con las agujas de la venoclisis.
Cuando salió del hospital, los huesos de sus piernas se habían adaptado a esa posición y adquirieron esa forma de manera permanente. Sin embargo, al ser un bebé, nadie se dio cuenta de la magnitud del problema hasta que llegó el momento en que intentó dar sus primeros pasos. Sus padres notaron que no podía caminar con normalidad.
Consultaron a un médico para entender la causa de sus piernas arqueadas, y el diagnóstico reveló que, debido a las ataduras, se le había causado un daño severo que resultó en una discapacidad en sus extremidades inferiores, dejando sus piernas lisiadas de forma permanente. Sus padres desconocían los procedimientos legales para actuar ante este lamentable caso y no informaron a las autoridades correspondientes.
Años después, surgió la oportunidad de operarlo. En una junta médica, los profesionales que lo atendían decidieron evaluar su caso y concluyeron que la intervención era posible, aunque con la advertencia de que podría quedar en silla de ruedas debido al alto riesgo de pérdida de movilidad en sus piernas. Sus padres optaron por rechazar la operación, ya que, aunque con dificultades, José podía movilizarse.
En su familia siempre lo trataron como a un niño convencional, nunca lo limitaron por su condición. A los cinco años ingresó a la escuela primaria, donde con dedicación obtuvo su certificado de sexto grado. Posteriormente, ingresó al Colegio Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega, donde se graduó como Bachiller en Ebanistería y Carpintería. Su práctica profesional la realizó en el Ministerio de Salud, donde le fue muy bien y, al finalizarla, recibió la noticia de que se quedaría trabajando allí. Se graduó y recibió su diploma en Ebanistería y Carpintería.
Después de algunos años, José no se detuvo y continuó laborando. Ingresó a la Universidad Tecnológica de Panamá para estudiar Técnico en Edificación. Al obtener su título, el Ministerio de Salud lo trasladó al área de Ventanilla Única del Municipio de Panamá, donde actualmente labora, encargado de la inspección de planos de obras de construcción, alcantarillado y sistemas de extinción de incendios.
Hoy en día vive con sus padres. Es un buen hijo, hermano y tío. Nunca dice: "No puedo porque soy diferente", y con su ejemplo nos enseña que debemos poner la esencia de nuestro ser en lo que nos apasiona para alcanzar la cima.
¿Quieres participar?
¡Inscríbete en El Torneo en Línea de Lectoescritura (TELLE) y apoya a los escritores evaluando sus crónicas!
Apoya a los jovenes
¿Sabías que puedes apoyar a los jóvenes escritores con la compra de sus libros de crónicas?